lunes, 16 de febrero de 2015


El estuario de Bahía Blanca es el resultado de las interacciones del dominio continental y transicional ocurridas desde el Pleistoceno tardío hasta la actualidad. Su modelado fluvial se inicio a partir de los aportes sedimentarios provenientes del paleorío Colorado y de los drenajes del sudoeste pampeano desarrollado a partir de posibles fallamientos precuartenarios. La escorrentía hacia el estuario y sus aportes sedimentarios se iniciaron a través de la asociación de tres grupos de drenaje. Estos modelaron al estuario bajo características deltaicas, donde dos de ellos utilizaron el eje Chasicó – Salinas Chicas, Salitral de la Vidriera y Canal Principal, mientras que el tercero lo hacia a través del alineamiento Salinas de Anzoátegui – La Gotera – Bahía Falsa y Bahía Verde.
 
Durante el Holoceno medio, la variabilidad climática afectó a los aportes hídricos en su relación con los niveles del mar. Estos impactaron en las geoformas litorales preexistentes del estuario, alterando su fisonomía y generando a su vez nuevas morfologías. Los cambios del rumbo del río Colorado y el decaimiento de los aportes sedimentarios capturados en las depresiones pampeano – bonaerenses permitieron el incremento de la influencia marina determinando un nuevo sistema estuarial. 
Las variaciones isostáticas del sector norte del estuario determinaron cambios de rumbos de los ríos y que delimitaron la extensión de la cuenca originaria y modificaron las morfologías preexistentes. 
En la actualidad, la cuenca estuarial recibe por el norte y en forma permanente, los aportes del arroyo Napostá Grande y Sauce Chico, mientras que por el sur toma las escasas contribuciones hídricas de los canales de riego del río Colorado.
La ausencia de importantes aportes terrígenos y la fuerte influencia de las condiciones marítimas hacen del estuario de Bahía Blanca un ambiente de permanente estado de erosión (Perillo y Piccolo, 1999), evidenciado en la dinámica de sus canales de marea y en extensas planicies e islas degradadas.1
Tanto las islas como los humedales constituyen restos de un antiguo delta de finales del pleistoceno- holoceno y comienzos del holoceno (entre 18.000 y 8000 años atrás), cuando el mar estaba más de 100 Km. alejado de la costa actual. Era el delta más grande de la región, pues se extendía hasta la boca del río Negro. Su tamaño muy bien podría competir con el delta del Nilo, que alcanza una extensión de unos 200 Km. a lo largo de la costa. El estuario actual coincide con la parte norte de ese delta. El río Negro y el Colorado contribuyeron a su formación, más otros ríos que llegaban a la zona de Bahía Blanca y que hoy han desaparecido dejando un remanente de valles cubiertos por médanos de arena, lagunas y salitrales, algunos ubicados hasta 40 m debajo del nivel del mar.
Con el paso de los milenios, la boca del delta retrocedió significativamente y fue cubierta, hace unos 5000 años, por más de 7m de agua, lo que la convirtió en un mar somero. La costa quedó marcada por acantilados pleistocénicos, típicos del sur de la provincia de Buenos Aires, en los que son muy frecuentes los fósiles de mamíferos terrestres, como lo constató Charles Darwin, que arribó a bordo del Beagle en 1833 y descubrió los primeros restos de megaterios mientras el capitán del navío, Robert Fitz Roy, realizaba un relevamiento batimétrico de la entrada del estuario. Años después, Florentino Ameghino realizó numerosas exploraciones en la zona. La punta Alta, donde Darwin hizo excavaciones, desapareció con la construcción de la base naval, pero todavía existen afloramientos no alterados a pocos kilómetros hacia el este de punta Tejada, una zona explorada por Ameghino (foto).2
Fuente:
  1. Walter Daniel Melo, Orígenes Morfológicos. Ecosistema del Estuario de Bahía Blanca. Instituto Argentino de Oceanografía (IADO)
  2. ¿Qué es el estuario de bahía blanca?. Revista CIENCIA HOY en línea - Volumen 14 - Nº 81 - Junio - Julio 2004
  3. Gerardo ME Perillo, PhD en Oceanografía, Old Dominion University (EEUU). Profesor Adjunto, Departamento de Geología, Universidad Nacional del Sur. Investigador Principal, CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía.
  4. M. Cintia Piccolo, PhD en Oceanografía, Old Dominion University (EEUU). Profesora Asociada, Departamento de Gegrafía, Universidad Nacional del Sur. Investigadora Principal, CONICET en el Instituto Argentino de Oceanografía.
Foto: Acantilados de la zona exterior del estuario, estudiados por Ameghino. Es todavía una zona rica en fósiles del pleistoceno.

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